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Ari García: sabores que celebran raíces y creatividad

Ari García: sabores que celebran raíces y creatividad

 Materias primas sencillas y recetas con historia te esperan en este recorrido foodie lleno de emoción y herencia.

Originario de Higueras, Nuevo León, Ari García es director del Museo El Centenario en San Pedro Garza García. Además es promotor cultural, dramaturgo, director y catedrático de teatro, pero sobre todo se define como hedonista y foodie.

Su familia lo acercó al mundo de la gastronomía

Gracias a que su abuelo tenía una granja grande con pollos, Ari recuerda cómo inició desde su niñez su gusto por la cocina. La comida se hacía de la tierra al plato con recetas y sabores tradicionales, lo cual lo llevó a desarrollar un auténtico gusto por la comida y a buscar los sabores básicos explorando el origen cultural detrás de cada platillo. Su abuela, Sara García, no fue una actriz mexicana, sino una de las personas que más han influido en la vida de Ari al compartir con él todo su expertise en los platillos de la región, como la naranja agria en conserva o las empanadas rellenas de piña.

Su familia lo acercó al mundo de la gastronomía

Gracias a que su abuelo tenía una granja grande con pollos, Ari recuerda cómo inició desde su niñez su gusto por la cocina. La comida se hacía de la tierra al plato con recetas y sabores tradicionales, lo cual lo llevó a desarrollar un auténtico gusto por la comida y a buscar los sabores básicos explorando el origen cultural detrás de cada platillo. Su abuela, Sara García, no fue una actriz mexicana, sino una de las personas que más han influido en la vida de Ari al compartir con él todo su expertise en los platillos de la región, como la naranja agria en conserva o las empanadas rellenas de piña.

¿Comer en casa o salir a restaurante? ¡Las dos!

Casi diario, Ari experimenta con ingredientes que se le atraviesan en el supermercado para inventar nuevas variedades de res y pollo. Además, prefiere los procesos de cocción con vapor o a cacerola cerrada más que hervir o freír, sin ponerle limón a sus alimentos, ya que éste disfraza sabores auténticos que deben saber a lo que son.

Al menos dos veces por semana, Ari procura salir a restaurantes para conocer una más de las tantas opciones con las que se cuentan actualmente. Sus restaurantes favoritos en Monterrey son Piquina y Pangea, no sólo por su sabor sino por la experiencia completa que ofrecen. Además recomienda Magno en Guadalajara, Nektar en Riviera Maya y sobre todo, Fonda (East Village) en Nueva York, un restaurante de Roberto Santibáñez que tiene la magia de honrar la comida mexicana en el extranjero. Sin dejar atrás a los negocios callejeros, un puesto de comida que está en su top of mind son los Taquistaco de Av. Vasconcelos, ya que cumplen con todo lo que le gusta.

Comida en viajes

Ari considera que la cocina mexicana siempre gana. Sin embargo, encuentra cierta fascinación por la comida árabe y libanesa, sobre todo por la pluralidad de sabores que se va revelando el paladar, además de la carga histórica de su origen. Al planear viajes, el motivo es comer cuando ya se conoce lo turístico. La gastronomía es un punto muy importante a la hora de organizar el itinerario de sus vacaciones. Las mejores experiencias culinarias las ha vivido en Puebla, San Miguel de Allende y Campeche, sin dejar fuera a Ensenada que, en su opinión, es punto y aparte.

Materias primas accesibles, sabores increíbles

Durante la crisis económica en los 80s, Ari recuerda que el plato más común en su casa era el repollo guisado con tocino, el cual le parecía delicioso y resultó ser una solución creativa para la familia a bajo costo. Este principio lo encuentra en los chefs actuales, que utilizan ingredientes accesibles y los llevan a niveles gastronómicos notorios, aunque le parece que algunos exageran con los precios.

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