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El poder de los sabores que acarician el alma

El poder de los sabores que acarician el alma

Redacción por: Melissa Varés
Fotografía por: Cortesía Grizzly’s y Muncher House.

Explora cómo la comfort food despierta emociones y recuerdos en cada bocado. Aquí te contamos cómo lo logra.

La pretensión del comfort food es aspiracional. Busca recrear experiencias que estén ligadas a emociones profundas, asociarse con un valor sentimental, alcanzar tus recuerdos, y sobretodo, generar sentimientos que calmen, tranquilicen y te conforten. Generalmente está asociada con comidas de alto contenido calórico que se relacionan con todo esto.

¿Qué tipo de comida se te antoja cuando estás lejos de casa?, ¿cuál te recuerda a tus padres o abuelos?, ¿qué comes cuando estás triste o deprimido?, ¿o cuándo te premias con algo?, ¿qué alimentos asocias con una cena romántica?, ¿qué consumes si mañana corres un maratón?, ¿qué piensas cuando se trata de compartir con amigos? Tus respuestas pudieron ir desde tacos y caldo de pollo hasta nieve, chocolate, pastel, frapuccinos, cerveza, pastas, nachos o alitas. Más allá de buscar el platillo o nutriente, en tu antojo van asociados sentimientos, emociones, recuerdos. Es sencillamente la asociación que tenemos con la comida.

En México son las fondas las que tal vez representan mejor este concepto: la cocina casera, de menú simple, platillos tradicionales y el famoso “sazón” casero, características que comparten estos establecimientos en diferentes pueblos y ciudades. Los platillos varían según la región geográfica en el país, pero algunos podrían ser el caldo tlalpeño, la sopa de lima, la sopa de tortilla o tarasca, carne de puerco con chile colorado, el pollo y sus diferentes variantes de mole, los nopalitos, la flor de calabaza, los tamales, los frijoles charros, el chile en nogada y muchos guisos preparados con la variedad tan grande de chiles y condimentos que enriquece nuestra cultura culinaria.

En Monterrey hay algunos restaurantes que adoptan el término de comfort food para autodefinirse. Relacionan la comida con un lugar o punto de encuentro y tienen sobre todo un enfoque tipo estadounidense. Algunos de ellos son Meme´s Café, Reina, Muncher House y Grizzly’s.

El objetivo de abrir Muncher House fue, según los socios, crear un espacio para que la gente pase buenos momentos y se sientan como en su casa, “un techo para todos”. Por ello invirtieron esfuerzo en el interiorismo del lugar y agregaron elementos de madera, ladrillo, colores e iluminación cálida. Su menú contiene algunos platillos reinventados de la infancia, como por ejemplo nieve de gansito, bebidas con Kool-Aid, s’mores, pollo con gravy y puré de papa. El Día del Niño incluso prepararon chilli dogs y gelatina, como en las piñatas.

Por su parte, Carlos González abrió Grizzly’s hace apenas tres meses, ya que le gustó el concepto de este tipo de comida. González, de 27 años, es chef graduado del Instituto Mexicano de Gastronomía, y en el restaurante sirve hamburguesas, boneless, tortas árabes, chimichangas, lasaña, pizza artesanal. Son platillos que representan y le evocan recuerdos.

Meme’s Café trae el auténtico sabor texano a Monterrey, combinando waffles crujientes, BBQ jugoso y el encanto de las cafeterías sureñas. Fundado durante la pandemia y originalmente pensado para Austin, Texas, el proyecto se reinventó para Monterrey, logrando capturar la esencia de comfort food. Inspirados en la tradición familiar, ofrecen platillos como “El Gringo” y “Sweet n’ Salt”, hechos con ingredientes de calidad como lácteos puros de Texas y café de Veracruz.

La idea original era un café cultural dedicado a apoyar proyectos artísticos y de talento local. Por esto llevan a cabo un cineclub permanente los miércoles en colaboración con Videodromo, hospedan exposiciones plásticas y de fotografía, presentaciones de libros, tocadas, ciclos de lectura y arte en vivo. Carlos se inspiró en lugares que ha visitado, como el Café des Artistes de Turín, el hostal Qhia en San Cristóbal de las Casas y la zona de bares en la zona del Raval en Barcelona.

En los libros de cocina

El término comfort food se usó por primera vez en 1966 en Estados Unidos en el periódico Palm Beach Post en un artículo que relacionaba la tendencia a comer de más y producir obesidad en niños que se sentían tristes (“Sad child may overeat”). Pero fue hasta 1997 que el diccionario en inglés Oxford la definió de la siguiente manera: “Comida que provee consuelo o sentido de bienestar, usualmente con un alto contenido de azúcar o carbohidrato y que está íntimamente relacionado con la niñez o con la comida casera”.

Hoy es tan universal que hasta los compiladores de textos motivacionales incluso utilizaron un platillo para el título “Caldo de pollo para el alma”. Los autores de estos libros querían contar historias que reconfortaran a los lectores y no encontraron mejor analogía que el caldo que cocinan las abuelas. Si reflexionamos un poco, son sabores balanceados y neutros, se come caliente y en muchas partes del mundo se sirve algún tipo de consomé, caldo o té, orientado a disponer al cuerpo para recibir y disfrutar los alimentos.

Actualmente el chef Jamie Oliver promueve el mismo concepto a través de sus programas y libros, como “Jamie’s Comfort Food”. De estilo relajado, busca que cada vez sean más personas las que se acerquen a una cocina simple, más casera. Existe también un libro con las mejores recetas de este tipo de comida publicado por Larousse y escrito por Rick Rodgers, quien la describe como “un tipo de cocina célebre en Estados Unidos, sobre todo en la parte sur del país. Sin embargo, este concepto puede ser utilizado para referirse a cierto tipo de comida en cualquier lugar del mundo”.

Hay también las versiones ligeras en ediciones publicadas por las series “Cooking light”, que buscan replicar la emoción y el sentimiento de tradicionales recetas y hacerlas con ingredientes más saludables o un menor contenido calórico.

Cada país y región tiene diferentes gustos culinarios, sin embargo, muchos ingredientes o formas de cocinar se repiten: lo frito, algún tipo de carne, harina o pasta en forma de empanada pay o bollo, el uso de la papa, platillos dulces en donde se combina el azúcar con harina, chocolate o leche. Todos estos son ingredientes cálidos orientados no sólo a alimentar el cuerpo y saciar el hambre sino a calentar el corazón evocando al sentimiento de arropo y calor. Al final, ese es el confort.

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